En esta ocasión matando dos pajaros de un tiro. De camino a la presentación del libro sobre los pasiegos de Iñaki Izquierdo en Selaya, nos desviamos un poquito (media hora de coche) y paramos en el pueblo de La Cavada.
El menú recitado de memoria, con sus advertencias respecto al precio. De primero unas gambitas cocidas y unos trozos de pescado adobado, junto a unas puntillitas. Para rematar con una fideuá gaditana que daba pena comerla de lo bonita que se veia. Para acompañar todo eso un vino blanco del Puerto de santa Maria, rico rico. Un postrecito y un café de puchero.
Una sorpresa como la copa de un pino, poder estar en Cadiz sin moverte, y disfrutar de lo más traidcional de esa tierra. Respecto a los temas que hablo en esta sección, el pan muy bien, cesta llena de pan y de varios tipos. El baño pequeño pero limpio, muy bien también, no puede ser más grande porque entonces se come el bar. Cinco mesas en total, aunque ayer eramos los únicos comensales. En alguna otra ocasión intentamos comer en fin de semana y fué imposible.
La verdad que no se espera ese ambiente en un bar de La Cavada, estas dentro rodeado de santuarios, y todo tipo de estampas andaluzas.
La cuenta al final fué por todo esto para dos personas un total de 66 euros. Un poco caro para mi estilo de menú, pero creo que lo peculiar del lugar y la calidad del producto lo merecen.
En resumen que por todo ello creo que puede pasar a un total de 9 perolos en la clasificación final.
Recordaba que hace cuatro años, más o menos, comimos muy bien en un bar al lado de la carretera que se llamaba el Puente. Este bar tenía la peculiaridad que estaba regentado por un gaditano, Manolo, que nos trasladaba a su tierra sin tener que moverte de Cantabria. Y dicho y hecho, allí estaba Manolo, con su mismo acento andaluz, y con su mismo salero gaditano.
Una sorpresa como la copa de un pino, poder estar en Cadiz sin moverte, y disfrutar de lo más traidcional de esa tierra. Respecto a los temas que hablo en esta sección, el pan muy bien, cesta llena de pan y de varios tipos. El baño pequeño pero limpio, muy bien también, no puede ser más grande porque entonces se come el bar. Cinco mesas en total, aunque ayer eramos los únicos comensales. En alguna otra ocasión intentamos comer en fin de semana y fué imposible.
La verdad que no se espera ese ambiente en un bar de La Cavada, estas dentro rodeado de santuarios, y todo tipo de estampas andaluzas.
E incluso un pequeño homenaje gaditano al rey del golf mundial Seve Ballesteros
En resumen que por todo ello creo que puede pasar a un total de 9 perolos en la clasificación final.
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